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"Para muchas bandas británicas, tocar en Nueva York era una pasada, un lugar en el que había que tocar para ser alguien en el rock n’roll. Tengo varios recuerdos del Palladium como estar con Linda Blair en el vestuario, o coincidir con los RAMONES que siempre andaban por allí.
JUDAS PRIEST solíamos cerrar los conciertos con la canción "Genocide", y en una de mis locas ideas se me ocurrió terminar a modo de cierre total con algún tipo de explosiones o lo que fuera. Así que al final salí al escenario con una especie de metralleta automática llena de cartuchos vacíos. Ahí estaba yo plantado en medio del escenario en plan Rambo y con cartuchos volando por todas partes.
Otro de los conciertos que dimos allí fue memorable porque habíamos vendido todo y el management de entonces había alquilado unas limusinas para llevarnos al show, y esperamos y esperamos en la recepción del hotel pero no llegaron. Además, era viernes por la noche y no pudimos coger un taxi, así que furiosos nos fuimos en autobús toda la banda. Imagínate, todas unas estrellas del rock a reventar el Palladium yendo en autobús hacia el local."
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