domingo, 3 de noviembre de 2024

ACCEPT + Phill Campbell & The Bastard Sons Sala Totem, Atarrabia 25-Octubre-2024 By PatxBlack

 

 

   Algo menos de dos años han pasado desde la última visita de los germanos Accept a la Sala Totem de Villava/Atarrabia y aquí están de vuelta y como sucedió en 2023, Accept colgó el cartel de no hay billetes para su fecha del sábado… peerooo… resulta que por temas de cierre de la sala Gamma donde iban a tocar en Murcia, se traslada el concierto de Murcia y se pone una segunda noche en Pamplona, en la misma sala Totem y nos encontramos a escasos momentos antes del concierto, con otro sold out. Así que esta vez con Phil Campbell & The Bastard Sons, me dispongo a presenciar su primera noche en Totem, el viernes 25 de octubre, de tan histórica doble visita. Vamos allá.





   El ambiente de la previa es el de las grandes citas, como ha quedado demostrado en la masiva respuesta, nadie quiere perdérselo. Accept, son una gran banda, y encima tenemos el añadido de Phil Campbell, guitarrista de los extintos Motorhead. La gente sigue teniendo un cariño enorme por todo lo que recuerde a la banda del desaparecido Lemmy Killmister, así que no son pocos los que acuden al bolo atraídos por el añadido extra del Señor Campbell e hijos.






   Por los altavoces suena como intro “Highway Star”, si no sabes de quien, no sé qué haces leyendo esto. “We’re the Bastards”, somos los bastardos, con esta afirmación, Todd y Tyla Campbell, suben al escenario de Totem junto a su padre, el mítico Phil Campbell acompañados del vocalista Joel Peters para abrir la velada con este sencillo y potente tema. No sabemos por qué, el tercer hijo, Dane, no está y es Paul White el que maneja los tambores, bastante bien por cierto, con buena pegada y muy vistoso. La afluencia en la sala demuestra que no solo Accept era el grupo interesante, aunque de entrada, el público se muestra frio, escuchando sin más. La Campbell family prosigue con  “Freak Show”, otro tema de su cosecha de su primer LP, “The Age of Absurdity”, tema directo y rápido pero que pese a sonar muy bien no termina de romper. Así que la banda prosigue con su primera incursión en el universo Motorhead y nos lleva de viaje a Brazil arrancando ese rápido y divertido tema de Lemmy que es “Going to Brazil” y que pone a moverse a la concurrencia. Una vez enganchado el personal su tema “Schizophrenia” suena con potencia para que “High Rule” con su denso y contundente bajo que recuerda más a Motorhead y con kañero riff de guitarra y gran pegada de batería remate la faena de forma intensa, arrancando una gran ovación al final. Nacidos para levantar el infierno fueron Lemmy, Ice T y Whitfield Crane, pero como ninguno de ellos está por aquí, rockera potente pero no tan salvaje sonó “Born To Raise Hell”, con un Joel Peters que canta demasiado afinado para Motorhead y que decide parar el tema para que la gente cante el estribillo. Mal por demasiado pronto y porque corta la dinámica ascendente que llevaba el show. Esto al final igual funciona, pero en medio de la actuación y no disponiendo de tanto tiempo (no eres el headliner) sobra y se carga el tema. La siguiente “Straight Up” del disco en solitario de Phil Campbell y en la que participaba Rob Haldford, suena sosa y descafeinada y está ralentizando aún más el bolo, así que la banda decide tirar de artillería. Joel nos pide el dedo arriba y un gran Fuck U Tyla! para presentar al bajista y de sus cuatro cuerdas sale el profundo y matador ritmo que todos conocemos como “Ace of Spades” y si, sonó como un cañón y solo hacía que reafirmarnos a todos en cómo se echa de menos al viejo Lemmy en la escena y lo grande que sería volver a verlo ahí arriba. En una semana en la que otro golfo memorable, Paul Di’Anno, nos dejó y vemos como nuestros ídolos de juventud nos van abandonando y nos tenemos que contentar con ver sobre el escenario a estos músicos que intentar mantener su legado para que pasemos un buen rato. Pero no me voy a poner melódico porque Phil y sus hijos nos están haciendo gozar y ahí nos cae otro temarrako de su último trabajo, “Kings of Asylum”, potente y con buen estribillo llamada “Strtike the Match”, puro y crudo R’n’R, muy “Motor” pero con cierto aire AC/DC también. Ahora si, la peña está entonada y entra a los coros, por momentos recuerdan a The Almighty pero no tan makarras. “Kill By Death”, pone el colofón igual de sucia y makarra salvo lo dicho de la voz. Peters tiene presencia con su micro bien pegado a la boca y las gafas de sol, pero es más limpio cantando, no es ni Lemmy, ni Ricky Warwick. Aún así, si alguien puede sonar duro como Motorhead, seguramente es un grupo de galeses liderados por un compañero de fatigas del propio Killmister. Se acaba el show de los Campbell y el gentió reconoce su desempeño con una buena ovación. Sonar, han sonado de lujo.






   Tras una parada de una media hora para preparar escenario y tal, llega la hora de los esperados Accept. La sala a reventar y plagada de camisetas de Accept, al día siguiente es sábado y casi nadie, salvo algún pringao como Yo, currará. Se nota en esas ganas de fiesta. La birra no para de salir de las barras. Se apagan las luces. Todo se vuelve rojo y la figura de Christopher Williams emerge de pie y  brazos estirados tras su drumkit dando la bienvenida al personal. Empieza el griterío mientras comienza a escucharse la guitarra de Wolf Hoffman y ese reconocible riff seco marca de los teutones, “The Reckoning” de su último trabajo abre la velada de forma tranquila pero con la gente saltando, la voz de Tornillo un poco baja y fría, aunque el tema acaba brutal para dar paso a “Humanoid”, tema titulo de su nuevo trabajo, algo más rápido y con estribillo fácil para la peña. Hay que presentar la nueva obra, pero Wolf sabe que la audiencia presente quiere clásicos, “Restless and Wild” es la que pone todo a arder, esa cabalgada hace que inevitablemente la gente se vuelva loca y mueva su cuello como cuando era un chaval y soñaba por verlos por primera vez. Si Mark grita Restless, mil responden Wild. Empiezan las medidas coreografías entre los guitarristas. A Wolf le gusta lo que vé y sonríe, en plan Yipi Ka Yei, es el jodido John McLane apuntándonos con su guitarra, el gemelo perdido de Bruce Willis. “London Leatherboys” es el siguiente clásico en caer, con ese estribillo a coro para que la peña cante. E l señor Tornillo ya está al nivel. “Straight Up Jack” continua su repaso a su último  disco. Tema que me deja frío la verdad, pero haya tranquilidad que se soluciona con “Midnight Mover”, otro de esos temas que hace las delicias del personal. Es sorprendente lo bien y modernas que suenan las canciones antiguas, muy bien adaptadas al sonido de ahora y que suenan frescas y potentes. “Breaker” prosigue por el camino de as viejas glorias para retomar su último trabajo con “Frankenstein” de estribillo coreable y solos efectivos y lucidos, y, tampoco podía faltar esa medley de clásicos que tan bien les funcionó en la anterior gira y donde encontramos partes de “Demons Night/Starlight/Losers and Winners/Flash Rockin’ Man” con un gran Tornillo, sus coreografías medidas entre guitarras y donde se van luciendo Phillip Sousse y Uwe Lulis amén del jefe Wolf.







  La recia pero pausada “The Abyss” arranca con el desgarrador grito de Mark al ritmo de bajo oscuro, es momento para relajarse un poco y que la concurrencia mas bebedora recargue baterías en las barras. Martin Motnik acapara su rato de protagonismo y su profundo y cristalino bajo comienza a sonar en solitario para dar pie a la melódica guitarra de Wolf, “Shadow Soldiers” la épica canción de “Stalingrad” deja descansar al público mientras Wolf se luce doblando literalmente a un gran Mark Tornillo con su guitarra como si de una estrofa cantada más se tratara.

   Llega otro de los momentos grandes de las actuaciones de Accept, “Princess of the Dawn”, tema que a la gente le encanta y en el que hay perfecta comunión entre banda y fans, con ese mítico punteo con los tres guitarras al borde del escenario clavando las armonías nota por nota y que la peña corea al mismo son. Y como estamos enfilando la segunda mitad del show ya, la siguiente es “Metal Heart” pasamos del éxtasis al klimax, con esa parte de música clásica en su guitarra, la peña corea el punteo y Totem ruge como pocas veces antes. Esto parece una taberna irlandesa a la salida de un duro día de curro. Es viernes y el cuerpo lo sabe y esto, aún no acaba. “Metal Heart” finaliza con la impresionante demostración de furia de Christopher Williams aporreando sin piedad su enorme, precioso y rojo drumkit.






   Mark Tornillo es por derecho propio tan cantante de Accept como lo fue Udo Dirksneider, y como tal, tiene sus temazos, como “Teutonic Terror” que arranca con esa línea de bajo para que Martin Motnik luzca, con riff seco de guitarras y los épicos coros y que es probablemente la canción que más recordará al Señor Tornillo, su clásico inmortal, con un wah wah un tanto excesivo, pero esto está en modo fiesta y si se para un poco la cosa pues una vez más se pone a la peña a cantar coreando como posesos y no pasa nada. Mark tiene mucho carisma y maneja al público con simpatía y preferencias aparte, todos le guardan absoluto respeto y recibe la aprobación por un gran trabajo concierto tras concierto. “Pandemic” es la siguiente, también de su obra “Blood of the Nations” con otra demostración guitarrera y una brutal ejecución, con Hoffman cual lobo solitario en el centro subido al cajón. Es el Jefe, cuando el toca todos detrás pero van pasando todos para marcarse su parte y ensayadas poses, todo medido y fotogénico. Puro heavy metal con los tres hachas luciendo al infernal ritmo del doble bombo y el veloz y potente final machacando parches de Williams, tremenda, y así sin darnos cuenta, nos encontramos con la traca final.

    Suena una antigua y archiconocida intro, la peña enloquece, “Fast as a Shark”, salvaje y feroz como siempre que termina de reventarnos los cuellos y la voz. Una vez más, como suena la Totem. Se puede sonar más demoledor sin salirse del genuino heavy metal? Creo que entre “Fast…” y “Painkiller” pueden disputarse el trono de canción más heavy de la historia. No me viene ahora mismo otra así de intensa. Accept suena como una ametralladora y nos aplasta como un tanque. Alguien ha soltado un tiburón hinchable que vuela de cabeza en cabeza, mortal riffazo con los tres guitarristas en armonía mientras bajo y batería nos fusilan desde retaguardia. Fuego de artillería, fuego de mortero. Sonido espectacular para una gran sala que justifica el porqué muchas bandas están tocando en Villava.






   Nos vamos a los bises, “Balls To The Wall” y nadie se quiere largar aún, todos dejándose el alma con el estribillo, increíble que hayan reventado la taquilla de una pequeña ciudad como Pamplona dos noches seguidas, y si alguno repite el sábado que posiblemente lo haga, a ver como tiene la voz y el cuerpo para el segundo día. Accept no hace prisioneros y para acabar otro himno inmortal, Mark Tornillo al grito de  “I’m Rebel”, ya nadie para, puño en alto, la peña con la voz a tope dejando su último hilo, los pies al aire botando, completando la primera de dos noches que pasarán a la historia rockero metalica de nuestra ciudad. Veremos si el sabado varían el setlist o se repiten. Lo que está claro es que con estas dos petadas de sala consecutivas, la próxima vez que arriben por estos lares, tal vez tengan que probar un recinto más grande… lo malo es que tendrá su tradicional y correspondiente subida de precio, pero eso ya se verá, de momento hay que disfrutar su segunda noche el que acuda. De momento estos viejos rebeldes con corazón de metal han arrasado rápidos como un tiburón la sala Totem, poniendo a limpio riff de guitarra nuestras pelotas contra la pared. Larga vida al terror teutónico, GORA ACCEPT!!!

By Patxblack

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