Algo menos de dos años han pasado desde la
última visita de los germanos Accept a la Sala Totem de Villava/Atarrabia y aquí
están de vuelta y como sucedió en 2023, Accept colgó el cartel de no hay
billetes para su fecha del sábado… peerooo… resulta que por temas de cierre de
la sala Gamma donde iban a tocar en Murcia, se traslada el concierto de Murcia
y se pone una segunda noche en Pamplona, en la misma sala Totem y nos
encontramos a escasos momentos antes del concierto, con otro sold out. Así que
esta vez con Phil Campbell & The Bastard Sons, me dispongo a presenciar su
primera noche en Totem, el viernes 25 de octubre, de tan histórica doble visita.
Vamos allá.
El ambiente de la previa es el de las grandes
citas, como ha quedado demostrado en la masiva respuesta, nadie quiere
perdérselo. Accept, son una gran banda, y encima tenemos el añadido de Phil
Campbell, guitarrista de los extintos Motorhead. La gente sigue teniendo un
cariño enorme por todo lo que recuerde a la banda del desaparecido Lemmy
Killmister, así que no son pocos los que acuden al bolo atraídos por el añadido
extra del Señor Campbell e hijos.
Por los altavoces suena como intro “Highway
Star”, si no sabes de quien, no sé qué haces leyendo esto. “We’re the
Bastards”, somos los bastardos, con esta afirmación, Todd y Tyla Campbell, suben
al escenario de Totem junto a su padre, el mítico Phil Campbell acompañados del
vocalista Joel Peters para abrir la velada con este sencillo y potente tema. No
sabemos por qué, el tercer hijo, Dane, no está y es Paul White el que maneja
los tambores, bastante bien por cierto, con buena pegada y muy vistoso. La
afluencia en la sala demuestra que no solo Accept era el grupo interesante,
aunque de entrada, el público se muestra frio, escuchando sin más. La Campbell
family prosigue con “Freak Show”, otro
tema de su cosecha de su primer LP, “The Age of Absurdity”, tema directo y
rápido pero que pese a sonar muy bien no termina de romper. Así que la banda
prosigue con su primera incursión en el universo Motorhead y nos lleva de viaje
a Brazil arrancando ese rápido y divertido tema de Lemmy que es “Going to
Brazil” y que pone a moverse a la concurrencia. Una vez enganchado el personal
su tema “Schizophrenia” suena con potencia para que “High Rule” con su denso y
contundente bajo que recuerda más a Motorhead y con kañero riff de guitarra y
gran pegada de batería remate la faena de forma intensa, arrancando una gran
ovación al final. Nacidos para levantar el infierno fueron Lemmy, Ice T y
Whitfield Crane, pero como ninguno de ellos está por aquí, rockera potente pero
no tan salvaje sonó “Born To Raise Hell”, con un Joel Peters que canta
demasiado afinado para Motorhead y que decide parar el tema para que la gente
cante el estribillo. Mal por demasiado pronto y porque corta la dinámica ascendente
que llevaba el show. Esto al final igual funciona, pero en medio de la
actuación y no disponiendo de tanto tiempo (no eres el headliner) sobra y se
carga el tema. La siguiente “Straight Up” del disco en solitario de Phil
Campbell y en la que participaba Rob Haldford, suena sosa y descafeinada y está
ralentizando aún más el bolo, así que la banda decide tirar de artillería. Joel
nos pide el dedo arriba y un gran Fuck U Tyla! para presentar al bajista y de
sus cuatro cuerdas sale el profundo y matador ritmo que todos conocemos como
“Ace of Spades” y si, sonó como un cañón y solo hacía que reafirmarnos a todos
en cómo se echa de menos al viejo Lemmy en la escena y lo grande que sería
volver a verlo ahí arriba. En una semana en la que otro golfo memorable, Paul
Di’Anno, nos dejó y vemos como nuestros ídolos de juventud nos van abandonando
y nos tenemos que contentar con ver sobre el escenario a estos músicos que
intentar mantener su legado para que pasemos un buen rato. Pero no me voy a
poner melódico porque Phil y sus hijos nos están haciendo gozar y ahí nos cae
otro temarrako de su último trabajo, “Kings of Asylum”, potente y con buen
estribillo llamada “Strtike the Match”, puro y crudo R’n’R, muy “Motor” pero
con cierto aire AC/DC también. Ahora si, la peña está entonada y entra a los
coros, por momentos recuerdan a The Almighty pero no tan makarras. “Kill By
Death”, pone el colofón igual de sucia y makarra salvo lo dicho de la voz. Peters
tiene presencia con su micro bien pegado a la boca y las gafas de sol, pero es
más limpio cantando, no es ni Lemmy, ni Ricky Warwick. Aún así, si alguien
puede sonar duro como Motorhead, seguramente es un grupo de galeses liderados
por un compañero de fatigas del propio Killmister. Se acaba el show de los
Campbell y el gentió reconoce su desempeño con una buena ovación. Sonar, han
sonado de lujo.
Tras una parada de una media hora para
preparar escenario y tal, llega la hora de los esperados Accept. La sala a
reventar y plagada de camisetas de Accept, al día siguiente es sábado y casi
nadie, salvo algún pringao como Yo, currará. Se nota en esas ganas de fiesta.
La birra no para de salir de las barras. Se apagan las luces. Todo se vuelve
rojo y la figura de Christopher Williams emerge de pie y brazos estirados tras su drumkit dando la
bienvenida al personal. Empieza el griterío mientras comienza a escucharse la
guitarra de Wolf Hoffman y ese reconocible riff seco marca de los teutones,
“The Reckoning” de su último trabajo abre la velada de forma tranquila pero con
la gente saltando, la voz de Tornillo un poco baja y fría, aunque el tema acaba
brutal para dar paso a “Humanoid”, tema titulo de su nuevo trabajo, algo más
rápido y con estribillo fácil para la peña. Hay que presentar la nueva obra,
pero Wolf sabe que la audiencia presente quiere clásicos, “Restless and Wild”
es la que pone todo a arder, esa cabalgada hace que inevitablemente la gente se
vuelva loca y mueva su cuello como cuando era un chaval y soñaba por verlos por
primera vez. Si Mark grita Restless, mil responden Wild. Empiezan las medidas
coreografías entre los guitarristas. A Wolf le gusta lo que vé y sonríe, en
plan Yipi Ka Yei, es el jodido John McLane apuntándonos con su guitarra, el gemelo
perdido de Bruce Willis. “London Leatherboys” es el siguiente clásico en caer,
con ese estribillo a coro para que la peña cante. E l señor Tornillo ya está al
nivel. “Straight Up Jack” continua su repaso a su último disco. Tema que me deja frío la verdad, pero
haya tranquilidad que se soluciona con “Midnight Mover”, otro de esos temas que
hace las delicias del personal. Es sorprendente lo bien y modernas que suenan
las canciones antiguas, muy bien adaptadas al sonido de ahora y que suenan
frescas y potentes. “Breaker” prosigue por el camino de as viejas glorias para
retomar su último trabajo con “Frankenstein” de estribillo coreable y solos
efectivos y lucidos, y, tampoco podía faltar esa medley de clásicos que tan
bien les funcionó en la anterior gira y donde encontramos partes de “Demons
Night/Starlight/Losers and Winners/Flash Rockin’ Man” con un gran Tornillo, sus
coreografías medidas entre guitarras y donde se van luciendo Phillip Sousse y
Uwe Lulis amén del jefe Wolf.
La recia pero pausada “The Abyss” arranca con
el desgarrador grito de Mark al ritmo de bajo oscuro, es momento para relajarse
un poco y que la concurrencia mas bebedora recargue baterías en las barras. Martin
Motnik acapara su rato de protagonismo y su profundo y cristalino bajo comienza
a sonar en solitario para dar pie a la melódica guitarra de Wolf, “Shadow
Soldiers” la épica canción de “Stalingrad” deja descansar al público mientras
Wolf se luce doblando literalmente a un gran Mark Tornillo con su guitarra como
si de una estrofa cantada más se tratara.
Llega otro de los momentos grandes de las
actuaciones de Accept, “Princess of the Dawn”, tema que a la gente le encanta y
en el que hay perfecta comunión entre banda y fans, con ese mítico punteo con
los tres guitarras al borde del escenario clavando las armonías nota por nota y
que la peña corea al mismo son. Y como estamos enfilando la segunda mitad del
show ya, la siguiente es “Metal Heart” pasamos del éxtasis al klimax, con esa
parte de música clásica en su guitarra, la peña corea el punteo y Totem ruge
como pocas veces antes. Esto parece una taberna irlandesa a la salida de un
duro día de curro. Es viernes y el cuerpo lo sabe y esto, aún no acaba. “Metal
Heart” finaliza con la impresionante demostración de furia de Christopher
Williams aporreando sin piedad su enorme, precioso y rojo drumkit.
Mark Tornillo es por derecho propio tan
cantante de Accept como lo fue Udo Dirksneider, y como tal, tiene sus temazos,
como “Teutonic Terror” que arranca con esa línea de bajo para que Martin Motnik
luzca, con riff seco de guitarras y los épicos coros y que es probablemente la
canción que más recordará al Señor Tornillo, su clásico inmortal, con un wah
wah un tanto excesivo, pero esto está en modo fiesta y si se para un poco la
cosa pues una vez más se pone a la peña a cantar coreando como posesos y no
pasa nada. Mark tiene mucho carisma y maneja al público con simpatía y
preferencias aparte, todos le guardan absoluto respeto y recibe la aprobación
por un gran trabajo concierto tras concierto. “Pandemic” es la siguiente,
también de su obra “Blood of the Nations” con otra demostración guitarrera y
una brutal ejecución, con Hoffman cual lobo solitario en el centro subido al
cajón. Es el Jefe, cuando el toca todos detrás pero van pasando todos para
marcarse su parte y ensayadas poses, todo medido y fotogénico. Puro heavy metal
con los tres hachas luciendo al infernal ritmo del doble bombo y el veloz y
potente final machacando parches de Williams, tremenda, y así sin darnos
cuenta, nos encontramos con la traca final.
Suena una antigua y archiconocida intro, la
peña enloquece, “Fast as a Shark”, salvaje y feroz como siempre que termina de
reventarnos los cuellos y la voz. Una vez más, como suena la Totem. Se puede
sonar más demoledor sin salirse del genuino heavy metal? Creo que entre “Fast…”
y “Painkiller” pueden disputarse el trono de canción más heavy de la historia.
No me viene ahora mismo otra así de intensa. Accept suena como una
ametralladora y nos aplasta como un tanque. Alguien ha soltado un tiburón
hinchable que vuela de cabeza en cabeza, mortal riffazo con los tres
guitarristas en armonía mientras bajo y batería nos fusilan desde retaguardia.
Fuego de artillería, fuego de mortero. Sonido espectacular para una gran sala
que justifica el porqué muchas bandas están tocando en Villava.
Nos vamos a los bises, “Balls To The Wall” y
nadie se quiere largar aún, todos dejándose el alma con el estribillo,
increíble que hayan reventado la taquilla de una pequeña ciudad como Pamplona
dos noches seguidas, y si alguno repite el sábado que posiblemente lo haga, a
ver como tiene la voz y el cuerpo para el segundo día. Accept no hace
prisioneros y para acabar otro himno inmortal, Mark Tornillo al grito de “I’m Rebel”, ya nadie para, puño en alto, la
peña con la voz a tope dejando su último hilo, los pies al aire botando, completando
la primera de dos noches que pasarán a la historia rockero metalica de nuestra
ciudad. Veremos si el sabado varían el setlist o se repiten. Lo que está claro
es que con estas dos petadas de sala consecutivas, la próxima vez que arriben
por estos lares, tal vez tengan que probar un recinto más grande… lo malo es
que tendrá su tradicional y correspondiente subida de precio, pero eso ya se
verá, de momento hay que disfrutar su segunda noche el que acuda. De momento
estos viejos rebeldes con corazón de metal han arrasado rápidos como un tiburón
la sala Totem, poniendo a limpio riff de guitarra nuestras pelotas contra la
pared. Larga vida al terror teutónico, GORA ACCEPT!!!
By Patxblack
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